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#Perú #OLPC #XO = 513,204 x $188.00 = $96´482,352 / S/.2.7 = 261´467,173.92 ¿Fue, es o será suficiente?

Publicado: 2011-10-27

Según el sitio electrónico  Perú Educa, del Ministerio de Educación, al 2011 se han distribuido en el Perú 513,204 computadoras XO con el sistema Sugar como parte del programa Una Computadora Por Niño, que se inicio el en año 2007 cuando fuera director de la Dirección General de Tecnologías Educativas, el señor ingeniero Oscar Becerra, el ministro de educación, el señor ingeniero José Antonio Chang y el ex-presidente del Perú, el señor abogado Alan García Perez.

Simples multiplicaciones nos indicaran que la inversión total ascendería a un total de $96´482,352 millones de dólares americanos y que al tipo de cambio suma la cantidad 261´467,173.92 millones de nuevos soles. Estas cantidades no han sido nada despreciables para un sector carente de muchas necesidades y que no cuenta con las condiciones necesarias para asimilar las computadoras y la Internet como parte de su dinámica institucional, administrativa, pedagógica y comunitaria.

Basta con leer la tesis de Claudia Urrea, sustentada en el año 2007, para darse cuenta que las condiciones que favorecen el desarrollo de sus principios pedagógicos construccionistas no se cumplen en nuestro país. [[La investigación fue sustentada en septiembre de aquel año y en el Perú se aprobó la compra de las XO en noviembre, es decir, ya se tenia conocimiento de las condiciones que requerían estos equipos para que desarrollarán todas aquellas promesas construccionistas]]

Basta con aproximarnos al sentido de la frase que da origen al nombre de la organización: Una Computadora por Niño.

En el Perú esta situación es critica desde el año 2001 cuando se intento llevar adelante el proyecto Huascaran. Desde aquella fecha se tiene conocimiento que es muy complicado que cada estudiante (y obviamente, cada profesor) cuente con una computadora y de manera adicional garantizar conexión a Internet con fibra óptica con velocidades mayores a los 10Mb en cada institución educativa, rural o urbana, del país.

Pero aún así, si se garantizaría la posesión de una computadora por alumno, tendríamos el otro aspecto organizativo, administrativo, burocrático y organizacional que se produce en la institución educativa, que la computadora no viaja con el estudiante, es decir, el estudiante se despide de su computadora en el colegio y llega a su casa sin ella. Esto se produce por que algunas autoridades escolares no quieren tener ningún problema adicional relacionado con perdida o robo de la XO, dentro o fuera de la institución educativa, razón por la cual muchas veces las computadoras se almacenan y no son desempaquetadas, tal y como sucedió con las computadoras del recordado Plan Huascarán.

Por lo tanto los principios pedagógicos que postula Claudia Urrea en su tesis y que han sido adoptados por la organización OLPC, no pueden replicarse en las aulas de nuestro país y por lo tanto "invertir" la cantidad 261´467,173.92 millones de nuevos soles parece un sin sentido considerando las condiciones que se requieren para que estos principios pedagógicos funcionen en una escuela.

Si fuera el actual director de la Dirección General de Tecnologías Educativas adoptaría un modelo de gestión estandarizado para medir el nivel de maduración de una institución educativa para que puedan asimilar las computadoras y la Internet. Sin este modelo, sin tener una métrica, no me atrevería a colocar computadoras ni Internet en ningún colegio público.

La razón es bien sencilla, se puede enseñar muy bien sin computadoras ni Internet pero nos enfrentamos ante la dificultad y la limitación de no amplificar las capacidades cognitivas de los docentes y alumnos; pero si los colegios y las aulas no están preparados para asimilar una tecnología de esta naturaleza que sentido tienen colocar computadoras e Internet en las escuelas públicas.


Escrito por

ManuelVarZen

Docente investigador del empleo de tecnologías de la información en educación.


Publicado en

Ni un paso atrás

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