Funcionamiento de un modelo de gestión que parte de una propuesta pedagógica para hacer un uso intensivo de las tecnologías de la información
Cualquier ministro de educación, presidente regional, director de oficina ministerial, director de oficina intermedia (en Perú se llaman Unidad de Gestión Educativa Local, UGEL), director de colegio público, profesor de aula de innovación, profesores de centro de recursos tecnológicos, profesor de aula, padres de familia e incluso estudiantes pueden implementar este modelo en sus respectivos colegios bajo el licenciamiento de Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas licencia 3.0 Unported. Para ver una copia de esta licencia, visite http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/o envíe una carta a Creative Commons, 444 Castro Street, Suite 900, Mountain View, California, 94041, EE.UU.
Para que este modelo funcione, al interior de la institución educativa de gestión pública, tenemos que considerar 7 variables relacionadas entre sí. Estas son: la micro política educativa; segundo, la administración; tercero, la propuesta pedagógica; cuarto: la infraestructura de tecnologías de la información; quinto, el aula (física y virtual I); y sexto, la logística. Finalmente, en séptimo lugar los recursos económicos es la última variable que facilita la viabilidad y la sostenibilidad de las propuestas pedagógicas al interior de los colegios públicos.
El modelo, puesto en funcionamiento, haría énfasis en la gestión del director de la institución educativa como el actor responsable de garantizar los recursos directamente recaudados que faciliten la viabilidad y sostenibilidad de las propuestas pedagógicas para completar el déficit que el Estado no podría suplir para llevar adelante las propuestas pedagógicas, que haciendo un uso intensivo de las tecnologías de la información y comunicación, se orienten a la obtención de logros de aprendizaje medibles y verificables.
Adicionalmente a este nivel de interacción el modelo propuesto se enfoca también en la administración de la institución educativa, en la infraestructura de las tecnologías de la información y en la logística, como un forma ordenada de abastecer de recursos humanos, informáticos y materiales la propuesta pedagógica que ha sido definida por los docentes para emplear intensivamente el uso de las computadoras y la Internet.
En ese sentido, el modelo propone que la propuesta pedagógica tendría que orientarse en base a proyectos y emplear de manera intensiva las tecnologías de la información y comunicación a través del empleo de las simulaciones (videos juegos y realidad aumentada por ejemplo), los lenguajes de programación y las video conferencias; estas últimas, por ejemplo, facilitarían la sincronización de dos o más clases de lugares distintos del planeta.
También se ha previsto medir el desempeño del modelo a través de diversos indicadores. En este sentido, se hace necesario considerar los resultados oficiales de las Evaluaciones Censales de Estudiantes (ECE) que son administradas anualmente por la Unidad de Medición para la Calidad de la Educación (UMC) del Ministerio de Educación a los niños de educación de 2do y 4to grado primaria. En ese mismo sentido, para los alumnos de educación secundaria se reservarían las evaluaciones trimestrales PEIA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos, PISA en inglés) que a partir del año 2009 incluyo una batería de preguntas destinadas a mediar las competencias en búsqueda, selección, análisis y producción de información a través de los medios telemáticos como lo es la Internet.
Finalmente, de manera específica, al interior de la institución educativa, la métrica que mediría la actuación del director seria la obtención de los Recursos Directamente Recaudados (RDR) para viabilizar y sustentar aquellos costos que la propuesta pedagógica determina y que el Estado, por diversas razones, no pudiera atender en el corto plazo. De esta manera la participación de la sociedad civil (padres de familia, empresas y organizaciones no gubernamentales), liderada por el director, constituyen una relación óptima que se organiza y se articula para desarrollar impactos positivos en los aprendizajes formales de los estudiantes a través del uso intensivo de las tecnologías de la información.